Ribera del Duero es sin duda una de las 3 mejores zonas vitivinícolas españolas en tintos.
Es un mosaico de suelos, pero predomina la presencia de calcio, que aporta a los vinos complejidad en nariz, potencial de envejecimiento y elegancia.
Ribera del Duero es justamente eso: fruta, concentración y elegancia. Su calidad se basa en cuatro pilares: la calidad de su variedad reina: tempranillo, su elevada altura (unos 800m.) la abundancia de calcio en su suelo y sobre todo, sus fuertes contrastes de temperatura (tanto día-noche como invierno-verano), únicos en Europa entre las grandes regiones de tintos europeas.
El terroir
Ribera de Duero (Valladolid-Burgos-Soria): depósitos suavemente inclinados hacia el valle del Duero (glacis) sobre estratos terciarios de margas con niveles intercalados de caliza y yeso. También limolitas y areniscas con menos carbonatos que en la parte occidental, y en la vega y terrazas del Duero con abundantes fragmentos de cuarcita y otros calcáreos.